MENSAJE

 

Ser paciente es una gran virtud,

 es reconocer los límites y trascenderlos.

Cada día que pasa se presenta como un desafío, 

pues la realidad de hoy no me encontró preparada.

Cómo adulta, cómo profesional, cómo mamá, 

pero basta con salir de mí misma y observar, 

mis pequeños alumnos y ver, ver... 

cómo son ellos los que siguen sonriendo. 

Ellos se adaptaron, ellos ya trascendieron a esta 

pandemia, ellos dibujan un arcoiris y todo saldra 

bien. Es por eso que elegí esta canción,

 dónde fue una simple frase, la que me hizo reflexionar: 

"Los girasoles no dejan de girar".

Son ellos, nuestros hijos, los girasoles, son la luz 

del sol en nuestras vidas.

Esperar con ansias el volver a vernos, volver a 

perdernos en la realidad de nuestra Escuela. 

Donde su voz se vuelven cosquillas en nuestros 

ojos, haciendo que se hagan chiquititos y nos 

doblen las rodillas para agacharnos y poder sentir 

esos bracitos que rodean nuestros cuellos. 

Son girasoles, que no dejan de girar, son niños, 

y no dejan de serlo por más que está locura de 

pandemia nos quiera doblegar. 

Es tiempo de esperar con la esperanza de que 

nuestra vidas no deje de ser vivida con la misma 

ilusión y asombro de "un girasol".